¿Qué son los pies de loto?: La milenaria y dolorosa tradición a la que eran sometidas las mujeres en China

Son varios los sacrificios que se hacen en nombre de la belleza. Dependiendo de la época y cultura en la que nos ubiquemos, cambian los parámetros de lo que se considera deseable, pero lo que se suele repetir en todos, son los sacrificios que se hacen para poder alcanzarlos. 

En la actualidad tenemos las cirugías, que permiten un mundo casi ilimitado de modificaciones, pero mucho antes de los quirófanos, la humanidad encontró otras maneras de alterar sus cuerpos para alcanzar un ideal, aparentemente arbitrario. 

Uno de los más dolorosos que se han registrado son los "pies de loto", una moda que se estableció en China desde el siglo XIII, y que durante años fue un indicador de estatus. 

Esta era una práctica dolorosa con la que se deformaban los pies de las mujeres para que entraran en pequeños y adornados zapatos.

Mientras menor fuera su tamaño, más deseable era. La mujer más apreciada como esposa, era aquella cuyos pies no medían más de 8 centímetros, llamado "lotus de oro", pero si sus pies medían 12 centímetros o más, perdía su valor como esposa.

Se desconoce el origen de esta arbitraria práctica que habría comenzado como algo voluntario, pero luego se volvió una práctica casi obligatoria, ya que se comenzó a hacer en niñas pequeñas. 

¿Cómo se hacía?

Como te podrás imaginar, deformar un pie es un proceso lento y extremadamente doloroso, que en la actualidad solo puede parecer cruel. 

Según explicó la escritora e historiadora británica, Amanda Foreman, todo comenzaba sumergiendo los pies en agua caliente y cortando las uñas. Luego de hacer un masaje con aceite, se procedía a romper todos los dedos del pie, menos el más grande. Las pequeñas falanges eran atadas lo más plano que se pudiera contra la planta del pie. 

Para poder acortar más el largo de los pies, el arco natural era doblado por la mitad, y para sostener todos los cambios se ataban con paños de seda. 

Una vez con todo armado, "las niñas eran obligadas a caminar largas distancias para acelerar la ruptura del arco", contó la autora. 

Cada dos días se quitaban las vendas para poder limpiar la sangre y la pus que se podía acumular en caso de infecciones y cada cierto tiempo se apretaban un poco más cuerdas, para que redujeran aún más su tamaño. 

Luego de dos años, se consideraba terminado el proceso, y las mujeres quedaban con pequeños pies que limitaban su movilidad.

Afortunadamente, la práctica fue completamente prohibida durante el Siglo XX, y la última fábrica de zapatos de loto fue cerrada en 1999.

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