Estas son las razones por las que no deberías pisar a las cucarachas

A pesar de que pueden ser considerados entre los seres vivos que más repudia la gente, las cucarachas han demostrado ser de los más eficientes y resilientes. Es que los fósiles identifican que estos bichos ya rondaban sobre la tierra hace 250 millones de años, y actualmente se han identificado casi 3.500 especies vivas.

Afortunadamente, menos del 1% de las especies de estos insectos sería un problema para las casas del mundo. Pero por muy pocas que sean, cuando aparecen, se vuelven un tema desagradable de enfrentar. 

Existe una variedad de métodos de eliminar estos bichos. Si se trata de una peste, lo mejor será contratar un servicio profesional, pero si encontraste un solo ejemplar rondando por tu casa, aplastarlo quizás no sea la mejor idea.

¿Por qué no las puedo pisar?

Por un lado, aplastarlas no es nada fácil. Si alguna vez has tenido la desgracia de hacerlo, te habrás dado cuenta de la presión que debes ejercer para que funcione. Es que gracias a al diseño de su elástico exoesqueleto, las cucarachas pueden sostener sobre ellas hasta 900 veces su propio peso, sin sufrir daño alguno. 

Pero no solo podría ser un desafío de matar, esto podría acarrear ciertos problemas de salud. 

Es que se sabe que estos animales son increíblemente sucios, de hecho, la Organización Mundial de la Salud, los ha descrito como portadores de más de 40 bacterias diferentes, responsables de varias enfermedades. Es por esto que debes tener un especial cuidado cuando los encuentres y al momento de deshacerte de ellos. 

Según los estudios, los microorganismos que se encuentran en los insectos serían responsables, en parte, de la transmisión de enfermedades como gastroenteritis, diarrea, fiebre tifoidea, lepra, cólera asiática, neumonía, tuberculosis y meningitis. 

Estas bacterias se pueden transmitir por el consumo o contacto con las sustancias que excretan con las cucarachas, por lo que si llegas a aplastarlas, lo mejor será desinfectar el lugar inmediatamente el sitio en que quedó el cadáver, para evitar la proliferación de cualquiera de ellas. 

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