Este es el tamaño del enorme cometa que se aproxima a la Tierra en la quincena de julio
A diferencia de otros fenómenos más comunes como los eclipses y las lluvias de estrellas, el avistamiento de un cometa no es un acontecimiento regular, sin embargo, durante los próximos días, los aficionados de la astronomía tendrán oportunidad de presenciarlo.
Se trata del C/2017 K2 (PANSTARRS), o mejor conocido como K2, un objeto espacial de gran tamaño que se acerca rápidamente al centro del Sistema Solar desde la lejanía de la nube de Oort.
Observado por primera vez en 2017 a más de 2,4 mil millones de kilómetros de nuestro astro, este ya se encontraba activo, por lo que forma parte de los cometas activos más lejanos descubiertos a la fecha.
¿Qué tan grande es el cometa?
A medida que este cuerpo celeste se acerca a la Tierra, se ha podido estimar el tamaño del diámetro de su núcleo, el que sería de entre 30 a 160 kilómetros.
Para poner esta cifra en perspectiva, desde el sitio EarthSky comparan el K2 del espacio con uno más conocido: la montaña perteneciente al sistema de los Himalayas, clasificada como la segunda más alta del planeta y que alcanza los 8.610 metros de altitud.
Por su gran actividad, este cometa está rodeado por una enorme nebulosa de gases, llamada coma, que aumenta aún más su tamaño, ya que se estima que tiene un diámetro similar al de Júpiter: 130 mil kilómetros.
Además, la cola de K2, alcanza a cubrir una superficie equivalente a 800.000 kilómetros de largo.
¿Cuándo se podrá ver?
Las personas del hemisferio norte que cuentan con los instrumentos adecuados, han podido observar al cometa desde mayo de este año, y lo podrán hacer hasta septiembre.
En tanto, para quienes viven en el hemisferio sur, el objeto se mantendrá a la vista hasta marzo de 2023, según el simulador de The Sky Lab.
Sin embargo, será el 14 de julio, el día en que el cometa alcanzará el punto más cercano con nuestro planeta, y solo 270 millones de kilómetros nos distanciaran del objeto espacial.
A pesar de su gran tamaño y la corta distancia que tendremos, K2 no se podrá ver a simple vista en el cielo y se requerirá, al menos, de un telescopio pequeño.
Cabe destacar que, por la naturaleza impredecible de los cometas, existe una posibilidad de que nada de esto ocurra. Esto se debe a que la luminosidad y actividad de los cometas depende de una variedad de factores que no pueden ser medidos con precisión por los expertos.
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