Expertos prueban nueva técnica para evitar que las paltas se oxiden y se mantengan más frescas
Lo ideal es consumir alimentos frescos o naturales congelados, sobre todo frutas y verduras, descartando los procesados. Para lograrlo es fundamental tener ciertas precauciones para mantenerlos en buen estado, y así evitar las temidas intoxicaciones alimentarias.
Hasta el momento, uno de los métodos para resguardar la comida de la contaminación de patógenos es el uso de películas alimentarias antimicrobianas, un tipo de envase que requiere de una gran cantidad de ingredientes activos para cumplir su función.
Paltas más frescas
Sin embargo, un reciente estudio publicado en Nature Food, dio a conocer una nueva técnica que sería mucho más económica, segura y amigable con el medioambiente, la cual promete incrementar la duración de los alimentos.
Los expertos usaron una de las frutas más versátiles y con mayor aporte vitamínico para su prueba de concepto, la palta. En la investigación se dedicaron a crear un sistema de envasado biodegradable y no tóxico, que también sería extrapolable a otros alimentos.
El resultado les permitió determinar que los recubrimientos a base de fibra son una gran alternativa, debido a que los materiales fibrosos son capaces de liberar los agentes antimicrobianos de forma más eficiente.
Actualmente, los factores que han limitado su empleo en el envasado alimentario son la producción de bajo rendimiento y la dependencia de sustancias y procesos químicos potencialmente nocivos. Ahora, gracias al trabajo de los expertos, produjeron un sistema de hilado de fibras de alto rendimiento que permitiría la síntesis en un solo paso y sin tratamientos adicionales.
¿Cómo funciona?
Mediante el sistema conocido como "hiladura por chorro rotatorio enfocado (FRJS)", fabricaron estas fibras a base de pululano, un polisacárido natural, y otros antimicrobianos de origen natural, como el aceite de tomillo y ácido cítrico.
Para demostrar su eficacia, desplegaron patógenos alimentarios comunes, logrando una reducción de la cantidad tanto de bacterias como de hongos. Al recubrir la palta con las fibras, lograron prolongar su vida útil y evitar su típica y rápida oxidación gracias a que se inactivó la proliferación de microorganismos.
Mientras que a nivel estético también se logró reducir la tasa de pudrición, la pérdida de materia de las paltas y la pérdida de color de las mismas.
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