10 cambios en tu cuerpo que podrían indicar que tienes cáncer de ovario
- Por Monserrat Saavedra
El crecimiento de células cancerígenas en los ovarios es más conocido como cáncer de ovario, una parte fundamental del sistema reproductivo femenino y que se puede ramificar hacia las trompas de Falopio y otros órganos dentro de la cavidad abdominal.
Durante el año 2020, GLOBOCAN informó que 837 personas fueron diagnosticadas con este tipo de cáncer, cuya causa de origen aún es desconocida. Pero, por el momento, la ciencia ha determinado los factores de riesgo que aumentan las posibilidades de diagnóstico.
Según el sitio Cancer.org, algunos de estos son:
- La mayor edad. Es una enfermedad más diagnosticada en mayores de 40 años.
- Sobrepeso y obesidad.
- La maternidad tardía o si no se tienen hijos.
- El uso de terapias de hormonas después de la menopausia.
- Antecedentes familiares.
- Ciertos tratamientos de fertilidad para la aplicación de IVF (fertilización in vitro)
- Fumar
Además de estos factores, se ha detectado que los portadores de los genes BRCA1 Y BEACA2 tendrían más riesgo de ser diagnosticadas con cáncer de ovario.
¿Cuáles son los síntomas?
La detección temprana del cáncer es clave para obtener los mejores resultados de los tratamientos, por lo que debes estar atento a los cambios que pueda tener tu cuerpo.
Si bien, puede que sea otra enfermedad u condición la responsable de estos síntomas, es importante descartar aquellos diagnósticos de mayor gravedad.
Según el sitio especializado, cancer.org, algunas de las manifestaciones con las que se puede presentar el cáncer de ovario en el cuerpo son:
- Distensión abdominal
- Dolor abdominal o en la zona de la pelvis
- Problemas para comer o te sientes satisfecho después de comer muy poco
- Cambios en hábitos urinarios, como sensación de urgencia o un aumento en la frecuencia con la que vas al baño
- Cansancio
- Problemas estomacales
- Dolor de espalda
- Dolor durante el sexo
- Estreñimiento
- Cambios en la menstruación, como sangrado más profuso o irregularidad
En caso de que tengas sospechas, ya que tienes uno o más de estos síntomas, puedes acudir a un médico para realizar exámenes correspondientes, ya sean de imágenes o de sangre.
Un hábito clave que te ayudará a la detección temprana de la enfermedad, es asistir regularmente (por lo menos una vez al año) a control con tu ginecólogo.
Este artículo está diseñado para informar y no pretende dar consejos o soluciones médicas.
Consulte siempre a su doctor o especialista si tiene dudas sobre su salud o antes de iniciar un tratamiento.