Esta es la enfermedad que enfrenta Alberto Abarza, el nadador chileno que ganó medalla de oro en Tokio 2020
- Por Meganoticias
Alberto Abarza, el nadador paralímpico, se convirtió en el primer chileno en obtener una medalla de oro olímpica durante Tokio 2020. El deportista arrasó en la categoría de 100 metros espalda en la categoría S2.
Hasta los últimos 50 metros, el chileno disputó el primero lugar con el brasileño Gabriel Dos Santos, pero finalmente logró adjudicarse la victoria.
Beto, como le dicen sus cercanos, durante los últimos años se ha posicionado como el rey de las piscinas. En años anteriores arrasó en los Panamericanos de Lima, de dónde se fue cargando cinco medallas, tres de esas de oro.
El joven deportista fue diagnosticado de muy pequeño con Charcot-Marie-Tooth, una condición que afecta a los nervios periféricos, o sea principalmente piernas y brazos. Cuando solo tenía 24 años, el pronóstico de los médicos anunciaba que pronto quedaría postrado, pero
¿Qué es Charcot-Marie-Tooth?
Este es un trastorno neurológico y hereditario que puede provocar la debilidad muscular, entumecimiento, rigidez y pérdida de sensibilidad en las extremidades.
Se produce por varias mutaciones en los genes y se manifiesta con músculos más pequeños y débiles. Además, en algunos casos se presenta con deformidades en los pies como dedo de martillo o arcos plantares exagerados.
Los primeros síntomas del trastorno pueden aparecer en la adolescencia o adultez temprana, pero también hay casos de personas que tuvieron las primeras manifestaciones a mediana edad.
Según MedlinePlus, las primeras manifestaciones ocurren en las piernas y brazos, como:
- Deformaciones en los pies, como el arco muy alto
- Incapacidad de sostener el pie de forma horizontal
- Pérdida de masa muscular en las piernas, pantorrillas muy delgadas
- Entumecimiento de piernas o pie
- Marcha espasmódica, el pie golpea fuerte el piso al caminar
- Debilidad en caderas, piernas o pies.
Desde que se diagnostica el trastorno, los síntomas pueden empeorar y expandirse a los brazos o generar el entumecimiento general de las extremidades.
No existe una cura para el Charcot-Marie-Tooth, pero quienes se ven afectados recurren a terapia física u ocupacional para mejorar su calidad de vida. En otros casos se puede utilizar de dispositivos ortopédicos que les permite caminar con más facilidad o se pueden realizar cirugías para corregir articulación o tendones contraídos.
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